La ciudad de Barranquilla enfrenta una dolorosa realidad: ya son once las personas muertas por consumir licor adulterado, según los más recientes informes oficiales. El epicentro de esta tragedia se identifica en el sector conocido como El Boliche, donde las víctimas, en medio de una reunión social, habrían ingerido bebidas ilícitas mezcladas con sustancias tóxicas.
Un testigo en el sector relató que cuando comenzaron los síntomas —dolor abdominal, vómito, convulsiones— muchas personas ya estaban irreversiblemente afectadas. “Cuando sacaron a los tres primeros ya iban muertos”, comentó.
Las autoridades sanitarias han identificado a algunas víctimas: Nicolás Manuel Medrano Martínez (74 años), Helmot Enrique Escolar, José Felipe Crespo Ortiz, Emiro Alberto Miranda, Víctor Antonio Vargas, Ever Miranda Orozco, y varias personas sin identificar fueron encontradas en diferentes barrios como Universal o Rosario.
Varios de los muertos presentaban síntomas de intoxicación severa: espuma en la boca, convulsiones, caída súbita. También hay un número importante de intoxicados hospitalizados; algunos en condición crítica están en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Según las primeras averiguaciones, el licor implicado habría sido preparado de forma artesanal y distribuido en envases improvisados colocados en recipientes plásticos. Incluso se especula que la primera persona en morir fue quien fabricaba esa bebida.
La Policía Metropolitana de Barranquilla, encabezada por el general Edwin Urrego, revisa el lugar donde se fabricaba el licor, incautó envases plásticos y restos de botellas, como parte de la pesquisa para identificar a los responsables.
Los análisis preliminares señalan que las sustancias contenidas en la bebida podrían incluir metanol, un alcohol tóxico letal que produce daño al sistema nervioso central, insuficiencia renal, y puede provocar la muerte pocas horas después del consumo.
La tragedia ha despertado indignación entre autoridades locales y nacionales, quienes exigen que no queden impunes los responsables del adulterado y distribución del licor, así como campañas educativas para advertir a la ciudadanía sobre los peligros de consumir bebidas de procedencia desconocida.