El Tajamar Occidental, uno de los bordes costeros más representativos de Barranquilla, evidencia un deterioro progresivo que ha provocado una emergencia, pues sus fallas amenazan la infraestructura portuaria, la movilidad urbana y las viviendas y locales cercanos.
Entre los daños identificados están muros de contención agrietados y desgastados, socavones en las bases del talud costero, filtraciones que debilitan la estructura, hundimientos del terreno, así como acumulación de desechos y maleza que obstruyen desagües. Durante mareas altas o temporales marítimos, las olas logran superar algunas barreras, provocando inundaciones y afectaciones por salinidad del suelo hacia las edificaciones adyacentes.
Comerciantes y residentes de la zona portuaria han reportado pérdidas de enseres, daños en locales, pisos y cerramientos corroídos, así como constantes olores desagradables por el estancamiento de aguas residuales. Además, la falta de mantenimiento preventivo ha exacerbado los problemas: drenajes obstruidos, acumulación de basura, ausencia de señalización de áreas peligrosas, y poca iluminación en sectores afectados.
Las autoridades distritales han anunciado que ya se adelantan estudios técnicos para diagnosticar la magnitud del daño estructural, estimar los costos de restauración y buscar fuentes de financiación. Se evalúa la intervención de muros, rellenos de socavones, refuerzo de cimientos, mejoramiento de sistema de drenaje y limpieza permanente. Se menciona la posibilidad de apoyo desde entidades ambientales, recursos portuarios nacionales y cooperación internacional para la recuperación.
Expertos costeros advierten que de no actuar de forma urgente, los daños podrían escalar: mayor erosión, colapso de muros, riesgos para la operación portuaria (carga, logística, tránsito marítimo), afectaciones mayores en propiedades, e incluso peligro para la seguridad de peatones y vehículos que circulan por la vía portuaria.
Vecinos han difundido fotos y videos donde se aprecia el cruce de agua de mar sobre los muros, grietas considerablemente anchas, partes de muros desprendidas, y suelo hundido, lo que evidencia que la situación ha alcanzado un punto crítico.